En las fiestas las mujeres usan faldas blancas de tul bordado con artícela que
dejan entrever la nagua, de la tela brillante de colores vivos. Las mozas más
apegadas a la tradición bordan una enagua de manta desde la cintura hasta la
orilla interior con pájaros y flores en punto de cruz que se transparenta bajo el
encaje. Comúnmente usan faldas sencilla, de manda o de artícela, montadas en
pretinas. Como adorno, esas prendas llevan una o más alforzas.
La blusa o camisa está bordada con flores en punto al pasado o de cruz o tiene
una bata tejida de gancho. La manga corta, hecha de tablones, queda muy
pegada a la articulación. Dicha blusa está cubierta en la parte delantera por un
paño cuadrado de artícela (que llaman fular) dos de cuyas puntas las atan en la
nuca, e introducen las otras dos bajo la pretina. En las fiestas usan también fulares
blancos.
Algunas faldas llevan arriba de la cenefa cuatro motivos bordados, que
representan respectivamente dos macetas de flores y dos pájaros o mariposas,
este bordado es característico de toda la región. Usan también blusa de manta
bordada en punto de cruz con flores de varios matices o blanco sobrio.